La incidencia y severidad de la injuria renal aguda (IRA) ha aumentado en estos
últimos años en forma desmesurada, generando una situacion con un alto impacto en
términos de: morbilidad destacando la evolución hacia la enfermedad renal crónica
(ERC), mortalidad dado que fallece el 49 a 70% de los pacientes que requieren terapia
de reemplazo renal (TRR) y de los costos proyectándose una cifra que ronda al año unos
u$s 443 millones en nuestro país. Las razones de este fenómeno, en parte se atribuyen al
envejecimiento la población, al aumento de la prevalencia de comorbilidades tales como
la enfermedad renal crónica (ERC), la insuficiencia cardíaca crónica, la insuficiencia
hepática, la diabetes, la obesidad, la hipertensión, al creciente uso de procedimientos
invasivos en pacientes añosos y al uso de definiciones más sensibles de IRA.
Las TRR en IRA constituyen una herramienta fundamental para el tratamiento de esta
afección, tanto en su modalidad intermitente como en las modalidades extendidas y
continuas, utilizadas estas ultimas principalmente en pacientes con inestabilidad
hemodinámica rasgo clínico distintivo de este tipo de pacientes en las unidades de
terapia intensiva (UTI). Si nos basamos en los estudios de costo efectividad estas
modalidades resultan ser las mas apropiadas para tratar este tipo de pacientes, a pesar de
ello en Argentina estas técnicas en su mayoría no se aplican aduciendo falta de recursos
humanos y la falta de reconocimiento por parte de los sistemas de salud de estas
modalidades. La ausencia de coordinación en políticas sanitarias dirigidas a corregir y
combatir esta patología en aumento, conlleva el riesgo de que dicha situación se torne
insostenible para el sistema de salud argentino con el consecuente impacto en términos
de morbi-mortalidad en nuestro medio.