ASOCIACIÓN ENTRE TASA DE FILTRADO GLOMERULAR ESTIMADA Y FACTORES ASOCIADOS AL SÍNDROME METABÓLICO


Autores:
Quijada, M
Espinoza, V.
Chuki, E.
Berbesi, M.


Correspondencia:
Unidad de Hipertensión Arterial (ambiente 033), Hospital Universitario de Caracas, Universidad Central de Venezuela. Parroquia San Pedro, Distrito Capital, Caracas-Venezuela.
Código postal 1053.
Teléfono (+58) (212) 6930916.
Email: victor.espinoza@ucv.ve


Resúmen

El presente estudio tiene como objetivo general determinar la asociación entre tasa de filtrado glomerular estimada mediante la fórmula Cockcroft-Gault y factores asociados al síndrome metabólico en una muestra de pacientes sexagenarios con presión arterial elevada. Estudio de tipo observacional de corte transversal. Muestreo no probabilístico. 177 pacientes con edades comprendidas entre 60 y 69 años, edad media de 63.37 años (DS 2.66). 85.9% mujeres y 14.1% hombres. 49.15% de la muestra presenta diagnóstico de síndrome metabólico. Al determinar correlaciones bivariadas entre tasa de filtrado glomerular estimado y factores asociados al síndrome metabólico (además de edad y creatinina sérica). Se observó una correlación positiva con perímetro abdominal (r=0.51; p=0.00), presión arterial diastólica (r=0.22; p=0.00) y glicemia (r=0.19; p=0.01). Además, se observaron correlaciones negativas con la edad (r=-0.29; p=0.00), HDL (r=-0.19; p=0.00) y creatinina sérica (r=-0.45; p=0.00). Se observó una prevalencia de 67.80% de pacientes con filtrado glomerular alterado. Se observó una asociación estadísticamente significativa (X²= 5,04; p 0,03) entre tasa de filtrado glomerular y síndrome metabólico. Por último, al determinar la probabilidad de ocurrencia TFGe alterada tomando en cuenta los factores de riesgo asociados a síndrome metabólico, las únicas variables que ingresaron en el modelo fueron la edad (Exp(B)=4.92; p=0.00), la obesidad (Exp(B)=0.11; p=0.00), la presión arterial diastólica (Exp(B)=0.93; p=0.00) y la glicemia (Exp(B)=0.96; p=0.00). Un elemento de análisis clave en la compleja interacción que se presenta entre los factores de riesgo asociados al síndrome metabólico y el daño renal subclínico lo constituye la presencia de obesidad. Palabras clave: Daño renal; tasa de filtrado glomerular; síndrome metabólico; hipertensión arterial.

Resume

The general objective of this study is to determine the association between the glomerular filtration rate estimated by the Cockcroft-Gault formula and factors associated with the metabolic syndrome in a sample of sexagenarian patients with high blood pressure. Cross-sectional observational study. Non-probabilistic sampling. 177 patients aged between 60 and 69 years, mean age of 63.37 years (SD 2.66). 85.9% women and 14.1% men. 49.15% of the sample presents a diagnosis of metabolic syndrome. When determining bivariate correlations between estimated glomerular filtration rate and factors associated with the metabolic syndrome (in addition to age and serum creatinine). A positive correlation was observed with abdominal perimeter (r = 0.51, p = 0.00), diastolic blood pressure (r = 0.22, p = 0.00) and glycemia (r = 0.19, p = 0.01). In addition, negative correlations were observed with age (r = -0.29, p = 0.00), HDL (r = -0.19, p = 0.00) and serum creatinine (r = -0.45, p = 0.00). A prevalence of 67.80% of patients with altered glomerular filtration was observed. A statistically significant association was observed (X² = 5.04, p 0.03) between glomerular filtration rate and metabolic syndrome. Finally, when determining the probability of occurrence of GFR altered taking into account the risk factors associated with metabolic syndrome, the only variables that entered the model were age (Exp (B) = 4.92, p = 0.00), obesity ( Exp (B) = 0.11; p = 0.00), diastolic blood pressure (Exp (B) = 0.93; p = 0.00) and glycemia (Exp (B) = 0.96; p = 0.00). An element of key analysis in the complex interaction that occurs between the risk factors associated with the metabolic syndrome and subclinical renal damage is the presence of obesity. Keywords: Kidney damage; glomerular filtration rate; metabolic syndrome; arterial hypertension.

Introducción

El daño renal subclínico representa un evento frecuente en el curso de la hipertensión, en efecto, la hipertensión arterial es una de las principales causas de la enfermedad renal1. El riesgo cardiovascular (RCV) aumenta progresivamente a medida que disminuye la tasa de filtración glomerular estimada (TFGe)2 y está alterada incluso en las primeras etapas del daño renal3. La hipertensión arterial (HTA) es uno de los problemas médicos más prevalentes en el mundo contemporáneo y junto a la diabetes constituyen factores de riesgo cardiovascular y renal, siendo en la actualidad las dos principales causas de ingreso a los programas de suplencia renal a nivel mundial 4.

La Enfermedad Renal Crónica (ERC) constituye un importante problema de salud pública que requiere detección oportuna y un adecuado tratamiento, con el objetivo de reducir la morbimortalidad cardiovascular derivada de la misma 5. La ERC es la pérdida progresiva de la función de los riñones (reducción de la tasa de filtrado glomerular), independientemente de cuál sea la causa etiológica que la origina 6. Se define como el daño estructural o funcional del riñón, evidenciado por marcadores de daño (orina, sangre o imágenes) por un período igual o mayor a 3 meses, o por una TFGe menor a 60 ml/min, independientemente de la causa que lo provocó7. La función del riñón también se suele perder como consecuencia del proceso de envejecimiento, siendo que algunas condiciones frecuentemente presentes durante este proceso, como la diabetes, la hipertensión, la obesidad y la dislipemia, entre otras, actúan como aceleradores de los cambios renales que acompañan la vejez 8.

El método actualmente utilizado para la clasificación de la Enfermedad Renal Crónica (ERC) es la tasa de filtración glomerular (TFG) y los 2 factores asociados que más influyen en el inicio y la progresión de la ERC, son la proteinuria y la hipertensión arterial 9. En cuanto a las técnicas de valoración de la función renal, el filtrado glomerular o la tasa de filtración glomerular (TFG) está considerado como el mejor indicador para valorar la función renal en el adulto10. La tasa de filtración glomerular (TFG) constituye un elemento de análisis fundamental en la práctica clínica, la investigación y la salud pública11. Existe una importante utilidad nosológica en la estadificación de la enfermedad renal crónica (ERC) basada en estimaciones de la tasa de filtración glomerular (TFG).

En la práctica clínica, el filtrado glomerular se calcula mediante el aclaramiento de creatinina y se puede determinar mediante orina en 24 horas, o mediante la creatinina sérica, utilizando ecuaciones que darían un valor estimado de la TFG12. Estas ecuaciones o fórmulas constituyen técnicas indirectas para la determinación de la TFG y combinan diversos parámetros como la edad, talla, peso y creatinina sérica13. Entre ellas, una fórmula muy utilizada por ser de fácil aplicación, sencilla, y al alcance de todos los médicos de atención primaria, es la fórmula de Cockroft-Gault que toma en cuenta edad, masa corporal y sexo14.

La hipertensión arterial, la diabetes y el conjunto de signos y síntomas que conforman el denominado síndrome metabólico son altamente frecuentes y ocurren frecuentemente como condiciones asociadas15. A pesar de que el concepto de síndrome metabólico es actualmente controvertido, la alta prevalencia en América Latina de ese grupo de alteraciones metabólicas determinan que el síndrome metabólico sea una entidad nosográfica digna de estudio en el contexto de la medicina latinoamericana16. El síndrome metabólico (SM) se define como la concurrencia de factores de riesgo cardiovascular asociados a obesidad, incluyendo obesidad abdominal, tolerancia a la glucosa alterada, hipertrigliceridemia, disminución del colesterol HDL y / o hipertensión. Conceptualizaciones anteriores del SM se centraron en la resistencia a la insulina como una característica fundamental, y es claramente coincidente con la lista anterior de características. Cada componente del SM es un factor de riesgo independiente para la enfermedad cardiovascular y la combinación de estos factores de riesgo eleva las tasas y la gravedad de la enfermedad cardiovascular, relacionada con un espectro de afecciones cardiovasculares incluyendo disfunción microvascular, aterosclerosis coronaria y calcificación, disfunción e insuficiencia cardíaca y daño renal17. Aunque se han realizado avances en la comprensión de la etiología y las consecuencias de este complejo trastorno, los mecanismos Fisiopatológico subyacentes siguen siendo incomprendidos 18.

Aunque aún existe controversia en torno al rol que desempeñan los distintos componentes del síndrome metabólico en la etiopatogenia del decremento de la TFG19,20. La evidencia actual sugiere que el SM actúa sinérgicamente aumentando el riesgo de daño renal, sin embargo, aún no está claro cuáles componentes serían los que tendrían un mayor valor predictivo en la aparición de la enfermedad renal. La prevalencia de microalbuminuria y/o disminución de la velocidad de filtración glomerular, aumenta progresivamente, al incrementarse el número de factores de riesgo del síndrome metabólico21. En base a estas consideraciones se plantea como objetivo general determinar la asociación entre tasa de filtrado glomerular estimada mediante la fórmula Cockcroft-Gaulty factores asociados al síndrome metabólico en una muestra de pacientes sexagenarios con presión arterial elevada.

Métodos

El presente estudio es de tipo observacional de corte transversal. Se realizó un muestreo no probabilístico con los pacientes sexagenarios evaluados en la Unidad de Hipertensión Arterial del Hospital Universitario de Caracas (UHA-HUC). Criterios de inclusión: pacientes de ambos sexos con edades comprendidas entre 60 y 69 años, sin distinción de etnia y con índice de masa corporal <=30kg/m2. Se excluyeron del presente estudio aquellos pacientes con enfermedad renal establecida, con desnutrición, con hepatopatías, con patologías musculares, amputados, con dietas vegetarianas o con indicación de fármacos que bloqueen la secreción de creatinina. Una vez que los pacientes ingresaban a la consulta de la UHA-HUC eran atendidos bajo parámetros estandarizados en su manual de normas y procedimientos para el estudio del paciente con PAE y de acuerdo a la Declaración de Helsinski. Se evaluaron parámetros clínicos como edad, sexo, peso, índice de masa corporal, presión arterial y parámetros de laboratorio como creatinina sérica, depuración de creatinina y proteinuria. Además, se hizo el cálculo de tasa de filtración glomerular aplicando formula de Cockcroft-Gault basándose en la creatinina sérica, peso, edad y sexo del paciente. El análisis de los datos se hizo con el paquete estadístico SPSS 23, se utilizaron medidas de tendencia central y de dispersión en el análisis descriptivo, X2 para variables categóricas, coeficiente de Pearson para variables continuas y regresión logística binaria. La significación estadística seleccionada es 0.05.

Resultados

La muestra estuvo conformada por 177 pacientes con edades comprendidas entre 60 y 69 años, edad media de 63.37 años (DS 2.66). 85.9% mujeres y 14.1%hombres. El 64.41% de la muestra tenía más de 10 años con diagnóstico de hipertensión arterial, el 31.07% entre 3 y 10 años, el restante 4.52%, entre 1 a 3 años.

Con respecto al objetivo de describir la prevalencia de síndrome metabólico y factores de riesgo asociados, 49.15% de la muestra presenta diagnóstico de síndrome metabólico. Discriminados por factor de riesgo, se observó un 81.36% de obesidad en función del perímetro abdominal, 22.60% de hipertrigliceridemia, 44.63% de HDL bajo, 51.98% presión arterial sistólica elevada y 24.86% presión arterial diastólica elevada. Además, un 11.30% de presentó glicemia elevada.

En lo que respecta a la descripción del tratamiento farmacológico prescrito. Se observó que un 67.80% de los pacientes tiene prescrito medicación combinada de al menos dos fármacos para la hipertensión, el restante recibe IECA 5.08%, ARA II 20.90%, calcioantagonistas 2.26% y betabloqueantes 1.13%. Solamente un 2.82% se encuentra sin tratamiento al momento de la evaluación. Ningún paciente tiene prescrito metformina.

Por su parte, al determinar correlaciones bivariadas entre tasa de filtrado glomerular estimado y factores asociados al síndrome metabólico (además de edad y creatinina sérica). Se observó una correlación positiva con perímetro abdominal (r=0.51; p=0.00), presión arterial diastólica (r=0.22; p=0.00) y glicemia (r=0.19; p=0.01). Además, se observaron correlaciones negativas con la edad (r=-0.29; p=0.00), HDL (r=-0.19; p=0.00) y creatinina sérica (r=-0.45; p=0.00).

Al determinar el porcentaje de pacientes con filtrado glomerular alterado, se observó una prevalencia de 67.80%. En este sentido, al determinar el porcentaje de pacientes correspondiente a cada uno de los estadios renales un 32.20% corresponde al estadio 1, un 56.50% corresponde al estadio 2 y un 11.30% corresponde al estadio 3.

Dado que en la muestra hubo 120 pacientes con tasa de filtrado glomerular alterada (52 con Dx de síndrome metabólico) y 57 pacientes con tasa de filtrado glomerular normal (35 con Dx de síndrome metabólico), se dicotomizan las variables y se establece como objetivo, determinar la asociación entre filtrado glomerular y síndrome metabólico. En este sentido,se observó una asociación estadísticamente significativa (X²= 5,04; p 0,03).

Por último, al determinar la probabilidad de ocurrencia TFGe alterada tomando en cuenta los factores de riesgo asociados a síndrome metabólico. Las únicas variables que ingresaron en el modelo fueron la edad (Exp(B)=4.92; p=0.00), la obesidad (Exp(B)=0.11; p=0.00), la presión arterial diastólica (Exp(B)=0.93; p=0.00) y la glicemia (Exp(B)=0.96; p=0.00) con un R² Nagelkerke= 0,32.

Discusión y Conclusiones

Entre los hallazgos más importantes del presente estudio, se encuentra la alta prevalencia de factores de riesgo asociados al síndrome metabólico, particularmente de obesidad central, hipertrigliceridemia y HDL bajo. Las alteraciones iniciales de la función renal asociadas al SM no sólo se deben al SM, sino que podrían participar también en el mecanismo de producción de este, de manera similar al papel que desempeña la resistencia a la insulina en la patogenia de este síndrome 22. Esta observación puede tener implicaciones clínicas importantes, puesto que indica que la aparición de resultados de laboratorio compatibles con una ERC en pacientes con SM puede reflejar el carácter sistémico del SM y constituir un marcador de la progresión del síndrome 23.

El metabolismo alterado de los lípidos puede contribuir a la patogénesis y la progresión de la enfermedad renal24.En el presente estudio se observó un 22.60% de hipertrigliceridemia, lo cual merece atención debido a que los pacientes con función renal reducida tienen mayor probabilidad de tener altos niveles de triglicéridos séricos25. En este sentido, se ha reportado asociación entre una baja tasa de TFGe y bajo HDL en pacientes hipertensos de mayor edad26, una asociación similar se encontró en el presente estudio, en el que un 44.63% de la muestra presenta HDL bajo. Nuestros resultados señalan que hay una correlación inversa entre bajo nivel de HDL y función renal alterada con la obesidad y la presión arterial (particularmente la diastólica) en pacientes hipertensos sexagenarios.

La evidencia experimental disponible sugiere un importante rol del HDL bajo (además de un colesterol alto) en la incidencia y progresión de la enfermedad renal crónica27. Un nivel bajo de HDL (menos de 30 mg/dl) se asocia con un mayor riesgo de incidencia de TFGe inferior a 60 ml/min/1,73 m. Por lo tanto, existe una asociación significativa entre alta tasa de triglicéridos, bajos niveles de HDL y los riesgos de incidencia y progresión de enfermedad renal crónica28, 29. Un elemento de análisis clave en la compleja interacción que se presenta entre los factores de riesgo asociados al síndrome metabólico lo constituye la presencia de obesidad30, la cual fue de un 81.36% de obesidad en nuestra muestra. Aunque la magnitud de la influencia que la obesidad contribuye a la etapa temprana de la enfermedad renal crónica, no está del todo claro31. La TFGe ligeramente disminuida se incrementa significativamente con el aumento de las categorías de obesidad32. La TFG alterada se reconoce como un marcador precoz de disfunción renal progresiva en la población de obesos33, lo cual demanda contundencia en las acciones preventivas. Por cuanto, esta asociación se establece independientemente de otros factores de riesgo de enfermedad renal conocidos y factores de confusión dietéticos tanto por índice de masa34 como por adiposidad35.

Por otra parte, no solamente se pudo determinar la existencia de una alta tasa de pacientes con TFGe alterada, más importante aún, la existencia de una asociación entre tasa de filtrado glomerular y síndrome metabólico, lo cual es congruente con estudios previos36, 37, 38. Aunque, si bien es cierto que existe una serie de cambios relacionados con la edad39, dado que en el presente estudio el rango de edad se limitaba a sexagenarios, se aporta evidencia en torno a la relación TFGe y SM. Sin embargo, una limitación importante lo constituye la imposibilidad de realizar una fase de lavado farmacológico previo, dado el rango de edad evaluado. No obstante, se abren nuevas líneas de investigación en torno a biomarcadores inflamatorios asociados al decremento de la TFG y la obesidad.

LESIONES RENALES ASOCIADAS AL CONSUMO DE COCAINA

Autores:
Sonia C Mastrapasqua (1).
Mirta Mabel Dell’Orfano (2)

(1) Medico especialista en Clinica Medica y Nefrologia. Servicio de Nefrologia del Hospital Provincial Neuquen
(2) Médica Psiquiatra Especialista en Adicciones. Directora Provincial de la Agencia de Adicciones de Rio Negro .


Resumen:

Es llamativo y preocupante el aumento en la prevalencia del consumo de drogas psicoactivas como la cocaína en nuestro país, y particularmente en la región patagónica. Las alteraciones neurológicas, cardiovasculares y psiquiátricas que el consumo produce suelen reconocerse precozmente. Sin embargo, las manifestaciones clínicas generadas por el compromiso de otros parénquimas probablemente sean menos evidentes en las evaluaciones iniciales de enfermos que concurren a salas de urgencias o centros de atención primaria de salud.

Presentamos un paciente de 21 años que ingresa a una sala de guardia, en el contexto de una pelea callejera y desarrolla una injuria renal aguda asociada (IRA) al consumo de cocaína. La literatura medica describe casos de IRA relacionadas con el abuso de sustancias desde hace décadas, siendo en estos casos generalmente de etiología multicausal.

Se conoce además que la cocaina puede ser causa de patología glomerular, tubular, vascular, intersticial, infarto renal , hipertensión arterial maligna y rabdomiolisis. Se presenta una revisión de las lesiones renales que se describen asociadas con el consumo de esta droga.

Es fundamental que los integrantes del equipo de salud conozcan estos cuadros clinicos, a fines de efectuar un diagnóstico precoz y tratamientos oportunos.

Palabras Clave:cocaína; injuria renal aguda; rabdomiolisis.

Abstract:

The increase in the prevalence of the use of psychoactive drugs -such as cocaine. in our country, and particularly in the Patagonian region, is striking and worrisome. The neurological, cardiovascular and psychiatric alterations that consumption produces are easily recognized . However, other clinical manifestations are probably less evident in the initial evaluation of patients attending primary health care centers. We report a 21-year-old patient admitted to an emergency room, in the context of a street fight and develops an acute renal injury associated (AKI) to cocaine abuse. The medical literature has described cases of AKI related to substance abuse during decades, etiology is generally multi-causal in these patients .It is also known that cocaine can lead to glomerular , tubular, vascular and interstitial damage, as well asrenal infarction, malignant arterial hypertension and rabdhomyolisis . We present a review of the renal lesions associated with the consumption of this drug . It is essential for members of the health team to know about these clinical situations, in order to make early diagnoses and timely treatments.

Key Words: cocaine; acute renal injury; rhabdomyolysis.

Introducción:

En Argentina, en los últimos años el consumo de sustancias psicoactivas ha aumentado considerablemente, entre ellas la cocaína, con mayor prevalencia en las grandes extensiones de la región patagónica. Esta zona cuenta con un abono fértil para el consumo de sustancias por su población migrante, la estacionalidad de las economías, la actividad petrolera con jornadas laborales extendidas, asociado con la permeabilidad de fronteras interiores y con la disponibilidad de vías de salida tanto al Atlántico como al Pacifico.

La cocaína es un estimulante extremadamente adictivo que afecta directamente al cerebro. 1 Los equipos de salud comúnmente reconocen y diagnostican las alteraciones neurológicas, cardiovasculares y psiquiátricas que el consumo produce. Sin embargo, el compromiso de otros parénquimas asociados al uso de esta droga probablemente sea menos evidente en las evaluaciones iniciales de enfermos que concurren a salas de urgencias o centros de atención primaria de salud.

El potente efecto vasoconstrictor de la cocaína y estimulante simpaticomimético genera isquemia severa pudiendo desarrollar infarto de miocardio, arritmias, infarto intestinal, perforación de víscera hueca, insuficiencia hepática y renal. 2, 3, 4, 5, 6 La severa vasoconstricción se debe al bloqueo de la recaptación presináptica de dopamina y noradrenalina 2.

A partir del año 1987 se describen en la literatura médica casos de insuficiencia renal aguda asociadas al consumo de esta droga 3.

En relación a lesiones renales, el espectro incluye enfermedad glomerular, nefritis tubulointersticial, hipertensión arterial maligna, y rabdomiólisis 1, 7.

Presentamos el caso de un enfermo que desarrolla injuria renal aguda y una revisión de la patología asociada al consumo de cocaína.


Caso clínico

Paciente sexo masculino, 21 años, consulta a servicio de Emergencias de un hospital de baja complejidad de Neuquén, luego de sufrir golpes en una pelea callejera (48 hs antes) Su queja era dolor en hemitórax y lumbar izquierdos.

Al examen físico, lucido, colaborador. Se constatan excoriaciones en piel en región frontotemporal, dolor a la punopercusión renal izquierda. No se detectan alteraciones en su estado de conciencia ni en su conducta.

De la anamnesis se recoge el antecedente de consumo de alcohol y cocaína los días previos.

Como parte de la evaluación del enfermo se le solicitó una ecografía abdominal, que no presentó alteraciones y una Rx de tórax que descarta lesiones óseas traumáticas y campos pulmonares limpios. Un sedimento de orina no mostró hallazgos llamativos.

El paciente fue dado de alta y regresó a su domicilio. Luego de 24 hs, el enfermo notó disminución del ritmo diurético (600 ml en el dia) por lo cual decide nueva consulta en el hospital.

Se decide su internación para valorar causas de oliguria. Se inicia hidratación parenteral, se solicita un sedimento de orina y un laboratorio para evaluar su función renal.

El paciente recupero rápidamente un ritmo diurético de 100 mil/hora, siempre presentó tensión arterial normal y no desarrolló alteraciones en la conciencia o la conducta.

La evolución de los parámetros de laboratorio se observa en la Tabla 1.

Fue llamativo el hallazgo de elevación de la creatinina plasmática y aumento de la CPK, así como la presencia de hematuria y leucocituria en el sedimento urinario. Se solicitaron serologías virales para hepatitis B,C y HIV, resultando todas negativas.

Los análisis de laboratorio realizados meses previos mostraron valores de creatinina plasmática muy inferiores, constatándose caída de la TFG en este episodio.

El cuadro fue interpretado como a) Injuria Renal Aguda (IRA) secundaria a rabdomiólisis asociada al consumo de cocaína, o b) IRA secundaria a vasculitis.

El paciente presento evolución favorable, disminuyendo progresivamente los valores de creatinina sérica. En las siguientes semanas se efectuaron determinaciones en orina, no detectándose cocaína, THC ni benzodiacepinas.

Lamentablemente no contamos con biopsia renal para confirmación del diagnóstico y el paciente se perdió de seguimiento.


Discusión

La cocaína pura era extraída originalmente de la hoja del arbusto de la coca del género. Es una droga clasificada bajo la Lista II (“Schedule II”) de la Ley sobre Sustancias Controladas, lo que significa que se considera que tiene un gran potencial para ser abusada, pero que puede ser administrada para usos médicos legítimos, por ejemplo, como anestesia local en ciertos tipos de cirugías de los ojos, oídos y garganta.

La cocaína usualmente se vende en la calle en forma de un polvo blanco, fino y cristalino que se conoce en español como “coca”, “nieve”, “dama blanca” o “talco”. Los traficantes generalmente mezclan la cocaína con otras sustancias inertes, tales como la maicena, el talco o el azúcar; o con ciertas drogas activas como la procaína (una anestesia local de composición química parecida) u otros estimulantes, como las anfetaminas

Hay dos formas químicas de la cocaína que suelen consumirse: la sal de clorhidrato (que es soluble en agua) y los cristales de cocaína o base, conocida en inglés como “freebase” (que no son solubles en agua). 7 La sal de clorhidrato, o la forma en polvo de la cocaína, se consume de forma inyectada o inhalada (“snorting”). Los cristales de cocaína o freebase han sido procesados con amoniaco o bicarbonato sódico y agua y luego calentados para eliminar el clorhidrato y producir una sustancia que se puede fumar. El término “crack”, el nombre de la calle para los cristales o base de cocaína, se refiere al sonido crujiente que se oye al fumar esta mezcla.

La cocaína se absorbe bien a través de la mayor parte de las membranas mucosas.

Las principales vías de administración son: oral, nasal, intravenosa y pulmonar. La forma nasal, conocida como “esnifar” o “snorting”, es el proceso de inhalar la cocaína en polvo por la nariz, de donde pasa directamente a la sangre a través de las membranas nasales. La inyección intravenosa transporta la droga directamente a la sangre aumentando así la intensidad de su efecto, que se alcanza en 15 segundos y tiene una duración de aproximadamente 10 minutos 6, 7, 8. Al fumar, se inhala el vapor o el humo de la cocaína a los pulmones, donde la sangre lo absorbe a la misma velocidad que cuando es inyectada. El efecto eufórico resultante es casi inmediato, y es la razón por la cual la popularidad del crack aumentó enormemente a mediados de los años ochenta.

El consumo de cocaína puede ir desde su uso ocasional a un consumo repetido o compulsivo, con una variedad de patrones entre estos dos extremos. Cualquier forma de consumo puede causar la absorción de cantidades tóxicas de la droga, con la posibilidad de que ocurra una emergencia aguda de tipo cardiovascular o cerebrovascular y convulsiones, cualquiera de las cuales puede ocasionar la muerte súbita.

Según el Observatorio Nacional de Drogas, perteneciente a la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina, el 5,3 % de la población consumió cocaína alguna vez en su vida, esto implica un incremento del 100% con respecto al estudio del 2010. El 1,5% de la población declaró consumo de cocaína en el último año, el 2,4% de los varones y el 0.7% de las mujeres. Siendo de mayor prevalencia las provincias del sur, la región patagónica argentina, donde el porcentaje de prevalencia de consumo es del 9 % cifra aun mayor entre el grupo de edad entre 25 -34 anos con un alarmante 14%. 8

Es de suma importancia destacar que el consumo de esta droga, cada vez más extendido, desencadena múltiples complicaciones médicas que pueden comprometer la vida 6, 8

Cocaína y Daño Real

El consumo de cocaína puede originar lesiones a nivel glomerular, tubular, intersticial y vascular. La fisiopatología incluye cambios en la hemodinamia renal (activación del sistema nervioso simpático y deterioro de la vasodilatación mediada por óxido nítrico) 1, 2, 3, 4.El efecto predominante de la cocaína en la microcirculación glomerular es la vasoconstricción resultante de interacciones complejas que comprenden a)liberación de catecolaminas, b)síntesis de endotelinas (Endotelina 1), c) Activación via L arginina/oxido nítrico, d) activación sistema renina angiotensina. 1, 7 Se describen alteración en la síntesis y degradación de la matriz glomerular, resultando en acumulación de matriz. La cocaína interactúa con los macrófagos y modula la proliferación de células mesangiales y epiteliales, via IL6 y TGFβ. La droga causa además inducción de aterogénesis renal, a través de la producción de tromboxano, aumento de agregación plaquetaria y la síntesis de colágeno. 1, 3, 7. La cocaína causa disfunción endotelial (a través de la endotelina y el TGFβ), promueve stress oxidativo (se generan especies oxido reactivas que producen inhibición mitocondrial y llevan a la muerte celular) También es causa de activación plaquetaria y reclutamiento celular y de mediadores de la inflamación (quemoquinas y moléculas de adhesión). 1, 4, 5, 7.

En la anatomía patológica, a nivel de las arterias puede observarse engrosamiento de la media, y estrechamiento luminal. Puede observarse hialinosis glomerular y fibrosis periglomerular. 1

Cocaina e Injuria renal aguda

Los mecanismos por los cuales la cocaína induce falla renal son variables y se detallan a continuación.

Rabdomiolisis

Según las series, 20 al 35% de los pacientes pueden presentar rabdomiólisis e injuria renal aguda luego del consumo de cocaína. 2, 3, 5 Luego de la destrucción muscular se liberan mioglobina y enzimas (creatin kinasa, aldolasa, LDH) a la circulación provocando daño a la pared capilar, que lleva a extravasaciones y edema 2

La nefrotoxicidad de la mioglobina esta mediada por peroxidación de lípidos y producción de especies reactivas de oxígeno. (toxicidad directa) y por la obstrucción tubular generada por la precipitación de mioglobina. 2

Puede sumarse un componente prerenal de depleción de volumen en caso de enfermos con hipotensión sostenida, hipertermia, deshidratación, en el contexto de la vasoconstricción renal. La severidad de la IRA requiere hemodiálisis en 10-50% de los casos 2

La rabdomiólisis es un síndrome caracterizado por la necrosis y citolisis de fibras musculares con pasaje de enzimas musculares al plasma, con valores de CPK >1000 UI. Puede desarrollarlo hasta el 24% de los consumidores de cocaina (inhalada, EV o fumada) 2, 3 más frecuentemente en forma EV o fumar alcaloide (crack, pasta base) Menos del 15% de los casos de rabdomiolisis diagnosticados por criterios de laboratorio (niveles de CPK elevados) cursan con manifestaciones clínicas.

Con respecto a la fisiopatología de la rabdomiólisis, la célula muscular puede ser afectada por destrucción directa de la membrana o por depleción de energía. Estan descritos complejos mecanismos que involucran inhibición de un intercambiador Na/K, aumentando el Na intracelular (ATPasa Na/K). Se altera además el intercambiador 2Na+/Ca2+ permitiendo que Ca++ ionizado libre entre al espacio intercelular y active proteasas (PLA2). La sobrecarga de calcio rompe la integridad mitocondrial e induce vías de apoptosis.

Se reconocen varios mecanismos causantes de rabdomiolisis en relación a la ingesta de cocaína.

1-toxicidad directa sobre los miocitos 1, 2, 3, 5, 7
2-Hipoxia tisular e isquemia muscular secundarias a vasoconstricción 2, 3, 4, 5, 7
3-Traumatismo muscular (agitación, excitación psicomotriz, crisis convulsivas)
4-Compromiso de conciencia e inmovilización prolongadas 4, 5
5- Hipertermia 4, 7

Los pacientes con injuria muscular pueden ademas presentar delirium tremens, agitación, fiebre, colapso cardiovascular o dolor torácico. 5, 7.La rabdomiolisis es signo de alerta de intoxicación grave. La combinación con alcohol, alucinógenos etc aumenta la morbimortalidad.5

Drogas y otros agentes causantes de rabdomiolisis

  1. estatinas. lovastatin, simvastatin,atorvastatin, rosuvastatin
  2. agentes hipolipemiantes. Ezetimibe, clofibrato, gemfibrozil
  3. drogas de uso en psiquiatría . fluoxetina, amitriptilina, doxepina, flufenazina, haloperidol, litio
  4. sustancias de abuso: alcohol, cocaína, heroína y opiáceos, anfetaminas, metanfetaminas, LSD

Infartos renales. El cuadro de infarto renal asociado al consumo de cocaína ha sido descripto en multiples revisiones. Su fisiopatologia se relaciona con la agregación plaquetaria inducida por la droga y síntesis de tromboxano. Tambien se han observado cuadros de trombosis de grandes vasos (aortica, renal) 1, 7

Nefritis intersticial aguda. Existen algunos casos registrados de nefritis intersticial asociados con la cocaína per se, o sustancias contaminantes. 1, 5, 7

Consumo durante el embarazo. el abuso de cocaína provoca efectos adversos tanto maternos como fetales. La droga atraviesa la barrera placentaria y por difusión alcanza altas concentraciones en el plasma fetal. Puede provocar trastornos hipertensivos, injuria renal aguda, preeclampsia y mayor incidencia de anomalías renales, caida del FSR, cardiovasculares y gastrointestinales fetales, y alteraciones en las paredes vasculares de las art renales. 1, 7

Cocaina y Enfermedad Renal Cronica (ERC)

En pacientes que sufren ERC y consumen, la droga es causa de pobre control de la tensión arterial, y contribuye como variable independiente a la progresión de la ERC. 7

Incrementa la morbimortalidad por complicaciones cardiovasculares, asi como la tasa de infecciones en pacientes bajo tratamiento dialítico. Se considera que entre el 50 y 60% de los enfermos que consumen cocaína y heroína tienen aumentado el riesgo de HIV y hepatitis

Conclusión

El consumo de cocaína es causante de severos efectos multisistémicos con un espectro amplio de lesiones a nivel renal. Lamentablemente la incidencia de estos cuadros está en aumento y se debe incrementar la sospecha diagnóstica de los mismos.

En presencia de enfermos con antecedentes de consumo seria aconsejable efectuar estimación de la filtración glomerular, solicitar creatinina plasmática, valorar ritmo diurético y dosaje de CPK.

Es necesario considerar entre las causas de falla renal aguda la nefrotoxicidad, asociada a consumo de sustancias ilícitas y contaminantes. Conocer estos cuadros y su fisiopatologia es fundamental para un diagnóstico temprano y la implementación oportuna de medidas terapéuticas.

Edición Octubre 2018