La injuria renal posterior a la administración de metotrexato en altas dosis es una entidad conocida. Si bien
existen medidas que pueden implementarse para prevenir su aparición, puede desarrollarse hasta en el 12%
de los casos. Es de vital importancia su detección precoz y la instauración de un tratamiento temprano para
evitar efectos adversos sistémicos.
Se presenta el caso de un masculino de 20 años con antecedente de leucemia linfoblástica tipo B que desarrolla
injuria renal aguda tras la administración de metotrexato a altas dosis y su tratamiento con hemodiafiltración
seriada.